domingo, 17 de junio de 2012

LA REVISTA DE PAPEL HIGIÉNICO

 

Cuando estas de maniobras, uno de los momentos mas delicados es el de las necesidades fisiológicas: ¿donde?, ¿como?, ¿con que me limpio?

Yo solía tener siempre provisión de papel higiénico. Llevaba dentro de la mochila medio rollo, sin el cilindro central, para poder doblarlo.

Durante la estancia invernal en el refugio de Belagua, me di cuenta de que no había traído tan preciado suministro, así que me procure un rollo, mas bien lo que quedaba, de los que había en los aseos. Quien se daría cuenta, por un rollo...

Ocurrió que yo no había sido el único que tuvo la misma necesidad. Pasados unos días, nos reunieron a todos los soldados y el oficial de servicio se dirigió a nosotros, mas o menos con estas palabras:

El suboficial a cargo de los suministros (en el refugio) se ha quejado de que estáis "robando" el papel higiénico. Tenéis una hora para que aparezcan todos los rollos. Los dejáis en la mesa que hay junto a las escaleras. Si no aparecen, haremos una revista, camareta por camareta y mochila por mochila; y al que se le encuentre algún rollo...

Lógicamente, no aparecieron los rollos, era imposible, es material "fungible" y "desechable".

Aunque parezca esperpéntico, nuestros mandos se vieron obligados a realizar dicha revista, seguramente la mas ridícula que nunca tuvieran que realizar, camareta por camareta, taquilla por taquilla, mochila por mochila, buscando los rollos.

No podías reírte, pero estaba que reventaba.

Cuando el teniente de mi sección llego a mi taquilla, me dijo, ¿Tu tienes algún rollo?.

Le dije: No.

Era mentira, si hubiera mirado en la mochila habría encontrado lo que me quedaba del rollo.

No se molesto en mirar. Fue hacia otro y siguió con la búsqueda.

Esto ocurrió en el invierno de 1985.

Cia. EE. EE. D.M. Navarra 6

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